El arte del maridaje: vinos y quesos

Pocos placeres culinarios son tan emblemáticos como el maridaje de vino y queso. Siempre símbolo de convivencia, una buena tabla de quesos disfrutada junto a una buena copa es precisamente la unión de dos de las caras más características de la tradición enogastronómica italiana. En esta guía exploraremos las reglas esenciales para crear maridajes perfectos y descubrir nuevas armonías.

Maridaje de queso y vino: un arte intemporal

La combinación de queso y vino es uno de los mayores placeres de la gastronomía. Ambos alimentos cuentan con una tradición milenaria, arraigada en la tierra y enriquecida por técnicas artesanales que han evolucionado con el tiempo. No es sólo una cuestión de sabor, sino un viaje a través de la cultura, la historia y la geografía. Pero, ¿cómo elegir el vino adecuado para realzar cada queso? Lo descubriremos en este artículo, que incluye maridajes clásicos e insólitos, acompañados de curiosidades y consejos prácticos.

Hemos dividido la guía según los distintos tipos de quesos del mercado, y para cada uno encontrarás vinos recomendados, datos interesantes e información útil. Además, no te pierdas algunos consejos para degustar estos productos en su mejor momento y otros maridajes… inusuales.

En primer lugar, ¡disipemos un falso mito!

¡Vino tinto y queso!
Un vino tinto no siempre es la mejor combinación. Los quesos frescos y con corteza prefieren la ligereza de un vino blanco o espumoso.

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Mozzarella de búfala

Quesos frescos

Los quesos frescos se caracterizan por su textura blanda, sabor delicado y corto tiempo de maduración. Productos como la mozzarella, el squacquerone y la burrata se elaboran con leche pasteurizada y conservan el sabor fresco de la leche.

Maridaje recomendado:
Para los quesos frescos, opta por vinos blancos ligeros y no demasiado intensos, como el Prosecco para la Mozzarella o el Trebbiano para el Squacquerone.
Su frescura equilibra la cremosidad del queso, creando una combinación armoniosa.

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Queso Camembert tradicional francés de Normandía, un producto lácteo

Quesos de pasta blanda y corteza florecida

Estos quesos, como el Brie y el Camembert, son conocidos por su corteza blanca y aterciopelada, que se obtiene gracias a los mohos comestibles que se desarrollan en la superficie durante la maduración. Son cremosos al paladar y su sabor es envolvente.

Maridaje recomendado:
Elige vinos de estructura media, tanto blancos como tintos. Por ejemplo, el queso Brie combina de maravilla con el Champán, mientras que el Camembert encuentra su equilibrio con un vino como el Chablis.

Curiosidad: los dos reyes

¿Sabías que Napoleón amaba el Brie hasta el punto de considerarlo «el rey de los quesos»? ¿Y que al Barolo se le llama «el rey de los vinos» por su elegancia y complejidad?
Un proverbio italiano dice: «El queso sin vino es como un cuerpo sin alma». Esto subraya la importancia de encontrar la pareja adecuada.

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Porción de Queso Parmesano con Migas sobre Tabla de Cortar

Quesos curados

Los quesos curados, como el Parmigiano Reggiano y el Pecorino, son el resultado de un largo proceso de maduración que concentra sabores y aromas. Su textura granulosa y su sabor intenso requieren vinos robustos.

Maridaje recomendado:
Marida el Parmigiano con un Sangiovese y el Pecorino con un Chianti o un Barolo. La estructura de los vinos complementa la complejidad de los quesos, y reconozcámoslo: degustar quesos y vinos de las mismas zonas siempre aporta algo más a la cata.

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primer plano de auténtico gorgonzola italiano sobre fondo de madera

Quesos azules

Los quesos de pasta azul, como el Gorgonzola y el Roquefort, se caracterizan por la presencia de mohos internos que les confieren sabores intensos y ligeramente picantes. Este efecto se consigue inoculando, respectivamente, Penicillum Glaucus e Penicillium Roqueforti durante la producción. Son mohos comestibles, de los que históricamente se extrajo la penicilina, el antibiótico que salvó millones de vidas en la historia.

Maridaje recomendado:
Privilegia los vinos dulces y fortificados, como el Sauternes o el Moscato Passito, para equilibrar la intensidad del queso. Un Gorgonzola dulce también combina de maravilla con un Oporto.

¿Por qué vinos dulces con quesos azules?
El contraste dulce-salado no sólo es agradable: la dulzura del vino equilibra la intensidad del queso, creando armonía en el paladar.

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Trozo de queso italiano taleggio en lonchas sobre una tabla de cortar de madera con un cuchillo de cerca.

Quesos de corteza lavada

Los quesos de corteza lavada, como el Taleggio, se elaboran inculcando mezclas específicas de Lactobacillus con Streptococcidesarrollando aromas intensos y una textura suave.

Maridaje recomendado:
La acidez y frescura de la Franciacorta equilibra la riqueza aromática del Taleggio, creando una combinación elegante y equilibrada.

 

Ahora que hemos repasado cada tipo de queso, ¡añadamos elementos para que nuestra degustación sea perfecta!

‘Que no se entere el campesino…’

… ¡qué bueno está el queso con peras!

En resumen, la experiencia gustativa no se detiene en el queso y el vino: puedes acompañar tu degustación con pan artesanal, compotas de higos o guindillas, o mermeladas de cítricos. Y por qué no, ¡miel y frutos secos como nueces o almendras! Estos elementos complementan el paladar y añaden textura para una rica sensación de sabor.

«¿Y si no bebo alcohol?»
Para quienes prefieran evitar el alcohol, los zumos fermentados, como el de manzana o el de uva, son una buena alternativa. También puede sorprender un té helado con especias, ¡pero debe ser estrictamente sin azúcar!

Consejos para una cata perfecta

  • En primer lugar, el almacenamiento almacenamiento de cada alimento: los quesos deben estar en la parte menos fría del frigorífico, envueltos en papel alimentario.
    La preparación:
  • Sirve los vinos en temperatura ideal para resaltar los aromas: encuéntrala indicada en la etiqueta o, si no, sigue la «nevera blanca» e «rojo-ambiente«.
  • Sirve los quesos a temperatura ambienteno fríos de la nevera. De este modo, al igual que los vinos tintos, podrán liberar al máximo todas sus moléculas aromáticas.
  • Prepara una buena tabla de cortar para acompañarla: fruta fresca, frutos secos, miel y mermeladas pueden realzar las combinaciones.
  • Camino sensorialRecomendamos empezar con quesos frescos y ligeros, y pasar gradualmente a los más intensos, acompañando cada paso con el vino apropiado. En tu próxima velada gourmet con amigos causarás una gran impresión, garantizado.
  • Maridajes de temporadaAdapta tus maridajes a las estaciones. En verano elige quesos frescos como la Burrata con vinos blancos espumosos, mientras que en invierno opta por quesos curados como el Pecorino con vinos con cuerpo como el Barolo. La estacionalidad te permite experimentar un viaje gustativo siempre cambiante.

Quesos y vinos del mundo

Italia no es el único país con una rica tradición. En Francia, el Camembert se sirve a menudo con Champán, mientras que en Estados Unidos, el Cheddar se marida con Merlot. Cada país ha desarrollado sus propias combinaciones, a menudo influidas por el terroir, es decir, la singularidad del territorio que caracteriza tanto a los quesos como a los vinos.

En resumen, ahora está claro: maridar vino y queso es mucho más que una cuestión de gusto: es una experiencia que combina convivencia, cultura y tradición. Experimentar y descubrir nuevas combinaciones forma parte del placer. Tanto si se trata de un simple aperitivo como de una cena gourmet, cada maridaje puede contar una historia que hay que disfrutar.

 

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